COLUMNA DE OPINIÓN
Por: Roberto Vera Arencibia
Lic. en Cultura Física Deportes y Recreación
EL HÁBITO MOTOR
Podríamos comentar que el hábito motor, según criterios de
entendidos en la materia, es la memoria del cuerpo, pero, con una previa y muy
bien marcada participación de la conciencia, por lo que podemos exponer que el
hábito motor, es una actividad consciente del aprendizaje, refiriéndonos en el
caso, al ser humano.
Las prácticas deportivas, y específicamente en su
aprendizaje, donde juega un papel fundamental la consciencia hacia la ejecución
del movimiento en su repetición, planificada en su Volumen, o en el caso de una
técnica en específico a aprender, primero se presenta la explicación del
profesor, la observación del elemento a través de medios audio visuales y la
ejecución o demostración activa, si fuera necesaria de forma fragmentada, hasta
lograr que dicha técnica se vaya integrando en la consciencia, garantizando a
nivel de cerebro, la formación del hábito motor, de una acción completa y
aprendida.
Esta primera fase del hábito motor, donde el deportista,
solo le preocupa el aprendizaje consciente del elemento técnico, en su
perfeccionamiento mecánico, sin participación activa del corazón, en relación a
la Intensidad, le llamamos Hábito Motor Pasivo, pero, cuando el elemento
técnico en su accionar, comienza a presentar las características de trabajo
Intenso, o con características de competencia, cada vez el trabajo de la
consciencia, con la participación del cerebro, va siendo menor, y a la par, va
siendo mayor, el trabajo del corazón, hasta llegar a alcanzar la Intensidad
requerida en la acción de la Competencia Fundamental, aquí, en este momento, el
hábito motor, es nombrado, Hábito Motor Activo.
Una mayor participación de la consciencia, se presenta en la
aplicación del elemento técnico, en su acción táctica; él, también necesita del
aprendizaje lento, sin participación del trabajo Intenso en la acción de
estudio, y con participación plena de la consciencia, hasta crear el hábito
motor pasivo, con plena participación de la consciencia en su aprendizaje,
pero, para lograr su aplicación en las prácticas activas del juego o
competencia, es necesario que las prácticas tácticas, se vayan haciendo
Intensas, bajo un estricto control del pulso, que no sobrepase los niveles del
pulso, acorde a la Etapa del desarrollo aeróbico, para garantizar, además del
hábito motor activo, también la Bio adaptación a las Cargas, bajo la influencia
Planificada en su Volumen y de su Intensidad, de un estrés Planificado y
vigilado. Que garantice, bajo control, el desarrollo paulatino del cuerpo
físico del corazón, corazón excéntrico.
Una mayor especialización, tendrá el hábito motor, cuando
sus prácticas se realicen con la integración, primero pasiva y después activa,
en su aprendizaje de base y después, en el nivel superior de la consciencia,
cuando esta acción práctica del elemento técnico – táctico sea aprendido, en una
acción Técnico – Táctica grupal.
Un nivel superior del hábito motor, se presenta y se tendrá
que desarrollar, primero en su forma Pasiva y luego en su forma Activa, ante la
presencia del contrario, en el caso, de el mismo equipo, en su formación,
Pasiva con plena participación de la consciencia, hasta lograr integrarlo, y
después Activa, hasta lograr la formación de hábito motor activo e Intenso, con
características a la Competencia Fundamental, con la mínima participación de la
consciencia.
Ya en la competencia, el atleta, no le quedará otra opción,
que demostrar la Forma Deportiva, concebida en los entrenamientos de
preparación, en sus capacidades sensoriales y en sus capacidades cardiacas,
porque tendrá que demostrar habilidades e imponerse en el trabajo Intenso, de
lo contrario, tendrá que contentarse con la derrota, no obstante, en la
competencia, si el atleta está bien preparado para enfrentarla, demostrando el
desarrollo alcanzado por su equipo, podrá continuar con un perfeccionamiento
del hábito motor activo, demostrando que es capaz de innovar en acciones
Técnico – Tácticas no aprendidas, manifestando una alta capacidad de
improvisación.
Los equipos deportivos que han entrenado juntos, durante
años de preparación integral, logran alcanzar altos resultados en el desarrollo
de la preparación Técnico – Táctica y llegan a desarrollar un altísimo nivel
táctico colectivo de juego, estos equipos, son grandes prospectos para ganar
las competencias, pero, aquellos atletas elegidos, de otros equipos, aunque sean
brillantes en sus grupos, y que son llamados a selección, presentan ahora una
falencia, difícil de resolver en el corto plazo, esta selección, no posee trabajo colectivo, y el hábito motor táctico activo es inexistente, o no
perfeccionado en su hábito.
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