28/11/2020 - Luis Galván fue compañero de Diego Armando Maradona en la Selección Nacional de Fútbol entre los años 1980 y 1982, cuando integraron ambos el plantel de Menotti. Compartió innumerables momentos con el "10" y la noticia de su partida, como a todos los amantes del fútbol le pegó muy fuerte. A pesar de los años transcurridos, lo recuerda con mucho cariño y respeto.
Luis Adolfo Galván es uno de los santiagueños y el único fernandense que integró el Seleccionado nacional de fútbol. Se consagró campeón con el equipo de Menotti en 1978 en nuestro país y posteriormente integró los planteles en la Copa de Oro Campeones del Mundo del ´80 en Uruguay y en el Mundial de España del ´82, equipos que compartió con Diego Armando Maradona.
Después vino el Mundial de 1986 y el "Diego" explotó como el mejor jugador del Mundo, los dos goles a los ingleses, la mano de Dios, la Copa y lo que todos ya sabemos.
Pero Galván conoció a ese incipiente jugador: humilde, respetuoso y buen compañero, que ya tiraba pinceladas para convertirse en el más grande de la historia. El fernandense, que vive desde hace tiempo en Córdoba Capital, atendió gentilmente la llamada de Más Deportes para contar cómo impactó en él la terrible noticia que se hizo eco en el mundo entero.
Más Deportes: ¿Cómo recibió la noticia de la muerte de Maradona?
Luis Galván: "Uno no termina de creer, justamente él empezó a jugar con Argentinos Juniors, en el ´78 y nos enfrentamos. Después fuimos compañeros en la Selección mayor en el Mundialito de Uruguay en el ´80 y en el Mundial de España del ´82, también jugamos mundiales Senior. Conozco a la familia, a la mamá, al papá a Claudia, a sus hijos; cuando nos quedábamos en Buenos Aires por no poder volver a Córdoba nos invitaba a la casa en Villa Fiorito en su lugar de origen. Vienen a la memoria todos esos recuerdos y duele mucho. Lo estamos sintiendo muchísimo y lo vamos a seguir sintiendo. Es inesperado porque es joven, con mucha vitalidad y me hubiera gustado estar más cerca para saludar a su familia pero no se pudo. Tratamos de recordarlo de la mejor manera".
MD: ¿Cómo era Diego en la intimidad del grupo?
LG: "En el grupo era muy buen compañero, no era como otras figuras que andaban solas, no hablaban o no se reunían. Él era muy compañero, terminábamos de comer y jugábamos a las cartas y compartíamos esos momentos. Se destacó y brilló en el ´86 recién pero nosotros compartimos antes, en el Mundialito del ´80 de Uruguay y en el Mundial de España del ´82. Después vino a Córdoba una o dos veces y también fuimos al hotel a saludarlo. Era un muchacho humilde, con mucho respeto, él respondía siempre a los periodistas, a la gente que quería sacarse una foto y esas cosas quedan grabadas, lo hacen más grande de lo que fue como jugador y como persona".
MD: ¿Recuerda alguna anécdota con él?
LG: "No algo en especial, pero si recuerdo por ejemplo, el primer partido que él juega para Boca es justamente contra Talleres. Él era el capitán y yo también en ese momento, nos saludamos en la mitad de la cancha, había mucha gente, era un espectáculo y esas cosas a pocos les toca vivir. Soy un privilegiado porque son momentos únicos para un jugador de fútbol porque él era el mejor jugador del mundo y además nosotros que habíamos sido compañeros de la Selección y lo disfrutábamos más".
MD: En esos momentos ¿se notaba ya que iba a ser el mejor jugador del mundo?
LG: "Se notaba ya en el ´80 que era diferente porque cuando él se incorpora a la selección mayor después de que salen campeones juveniles en el 79, en el equipo estaban Ramón Díaz, Barba, Calderón, nosotros ya habíamos sido campeones del mundo. Se incorporan esos chicos y ahí jugábamos a veces de compañeros o a veces en contra, nos jugábamos la vida, sin mala intención pero era a todo o nada. Era muy difícil marcarlo. Yo era defensor y tenía como virtud, anticiparlo, no dejarlo que reciba la pelota y en vez de marcarlo de atrás lo marcaba medio de costado para anticipar la pelota y no dejarlo recibir porque cuando recibía te hacía un desastre. Podía salir para atrás, para adelante, para un costado y tenía buen físico, era rapidísimo".
Luis Adolfo Galván es un privilegiado del fútbol, como él mismo se considera. No sólo por lo vivido en el Seleccionado argentino, a base de su propio esfuerzo y sacrificio para lograr jugar en dos Copas del Mundo, sino también por haber compartido cancha con el mejor jugador de la historia: Diego Armando Maradona.
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