17/06/2020 - Luego de tres meses de aislamiento social obligatorio, ayer volvió a la actividad un sector estrechamente ligado al deporte y al bienestar de las personas. Los gimnasios abrieron sus puertas en Fernández con todas las medidas indicadas por el protocolo y con la alegría de quienes hacen del entrenamiento una forma de vida.
Fernández se adhirió a la reapertura de los gimnasios con un
gran esfuerzo de los propietarios que pasaron tres meses sin ingresos
económicos y sin poder ayudar a sus alumnos, pero con la alegría de retomar el
entrenamiento para mejorar la calidad de vida luego de tres meses de
aislamiento.
Distanciamiento social
de 1,50 metros, tapabocas, botella de agua y toalla personal; esas fueron
las indicaciones que los alumnos de los gimnasios debieron comenzar a acatar
hoy para poder volver a entrenar en los gimnasios. Todos con turno asignado
previamente y con mucha precaución para cuidarse, en este mundo completamente
diferente producto de la pandemia del Corona Virus.
En Fernández, se vivió con alegría el regreso a los
gimnasios, especialmente, porque el aislamiento puso en vilo la salud mental de
las personas y nadie estuvo exento. Ocho de los diez gimnasios que funcionan en
la ciudad recibieron a sus alumnos para arrancar de nuevo, entendiendo la
importancia de la actividad física para una vida saludable. Los restantes
arrancan hoy con la misma expectativa.
Más Deportes
dialogó con los propietarios de los establecimientos deportivos para conocer
cómo fue este gran desafío de regresar, pero de manera diferente y con muchas
más precauciones que las que comúnmente realizaban antes de la cuarentena.
Los tres meses con las puertas cerradas, como a la gran
mayoría de las personas en el país, para los propietarios significó un esfuerzo
enorme mantenerse económicamente, especialmente para aquellos que trabajan
exclusivamente de sus gimnasios.
Karina Coronel,
entrenadora y propietaria de Olympus Gym nos explicaba sobre su situación
personal y cómo pudo darse “maña” para sobrevivir: “Para mi que trabajo
exclusivamente del gimnasio fue durísimo, mi marido me ayuda en el gimnasio con
algunas clases y tiene una carpintería, pero también estuvo parado y ninguno de
los dos pudo trabajar, hemos tenido que reducir los gastos de la casa para
poder sobrevivir. Hemos hecho vídeos y les pasamos a nuestros alumnos para que
entrenaran en sus casas, les cobramos pero una cuota mínima y también hemos
alquilado elementos, eso nos ha ayudado, no mucho pero si ayudó algo”.
A su vez, Claudia
Sánchez, propietaria y entrenadora de Mujeres Fitness, explicó lo complejo
que fue para ella y su colega Verónica Figueroa, ya que hacía poco tiempo que
habían emprendido el proyecto y las agarró en el medio la pandemia: “Fue un
golpe fuerte porque invertimos nuestros ahorros en este proyecto, veníamos
trabajando muy bien y luego quedamos colgados con algunas cosas, tales como el alquiler,
los espejos que teníamos que pagar con las semanas de trabajo, cuotas del aire
acondicionado que pusimos para la comodidad de las clientes. Tuvimos que hacer
préstamos para cubrir los gastos, de todas formas la propietaria del salón y la
gente de los espejos comprendieron la situación y no nos hicieron recargo por
los atrasos”.
Otro de los gimnasios que comenzó a funcionar antes de la
cuarenta es Deni´s Gym, dirigido por el profesor de Educación Física Denis
González Mosca, quien apostó por su sueño y debió cerrar sus puertas a un mes
de haber abierto su gimnasio funcional: “Es una alegría enorme poder trabajar
ahora porque hemos estado parados mucho tiempo, como profesor de educación
física he estudiado cuatro años para trabajar y recién estaba comenzando, se pusieron
estas trabas, pero a pesar de eso hemos podido sobrellevarlas y ahora si estamos
contentos por poder largar mañana”.
Durante estos tres meses de aislamiento, los profesores y
alumnos de los distintos gimnasios de la ciudad debieron recurrir a otras
formas de entrenamiento para no olvidarse de su rutina deportiva y la
virtualidad se hizo protagonista en muchos casos.
Shanet Orellana,
propietaria y entrenadora de Fusion Gym, pudo dar clases de manera virtual para
sus alumnos e incluso formó parte de un Máster Class gratuito con colegas de
otras partes de la provincia. “No estaba
acostumbrada al tema de la virtualidad, he tenido que aprender sobre esto para
ver la manera de estar en contacto con mis alumnas, darles una rutina con
ejercicios básicos que ellas conocían. También he dado clases en Facebook en
vivo y hemos hecho una Máster Class con colegas de Loreto, Santiago y La Banda”,
comentó.
Pero más allá de esta pequeña ayuda, que todos los
entrenadores brindaron a sus alumnos, la nostalgia de ver el gimnasio vacío
pegó fuerte en muchos de ellos. Gustavo
Santillán, dueño de Gustavo Gym y profesor de Educación Física expresó
sobre esto: “He sentido mucha nostalgia porque no podía enseñar taekwondo, ni
los deportes en la escuela primaria y secundaria, en el gimnasio también.
Tuvimos que hacer mucho sacrificio económico porque esto era un aporte
económico para la casa y prácticamente estuvimos tres meses sin él. Ahora para
rehabilitar hay que hacer una inversión enorme pero si no se cumple con todas
las normas se puede clausurar”.
María Carillo,
dueña y profesora en el Gimnasio de María comentó al respecto: “Para no perder
mi rutina, hacía sola ejercicio en el gimnasio pero sentía añoranza por tenerlo
vacío y las chicas me preguntaban cuando volveríamos. Me alegra poder volver
porque es un paso más para regresar a la ´normalidad´, me alegra saber que
todos los gimnasios de Fernández puedan abrir sus puertas y trabajar
nuevamente”.
distinto
Volver a la actividad, para los entrenadores como para los
alumnos será diferente porque las dos partes deberán adecuarse a las nuevas
medidas previstas por el protocolo provincial destinado al área, haciendo
prevalecer el cuidado y la higiene personal.
Sobre esto, algunos de los dueños de los gimnasios
explicaron como debieron reinvertir y reestructurar sus lugares de trabajo para
poder cumplir con estas normas de prevención. Gerardo Fernández, propietario y entrenador de Fernández Fitness
aclaró al respecto: “Lo que si se modificará en el gimnasio son las medidas de
higiene, pero creo que está bien porque es lo que la gente debería utilizar
siempre, el alcohol en gel, la toalla y la botella de agua en forma individual.
Dentro de todo, las máquinas están separadas y tienen bastante espacio, no tuve
que moverlas mucho.
La reorganización del trabajo por turnos no ha sido difícil
porque siempre me he manejado así, ahora los alumnos son los que tienen que
acostumbrarse a ser más puntuales porque si no se complica la entrada del
siguiente y tienen menos tiempo de entrenamiento”.
Hugo Ferreyra, dueño y entrenador de Fitness Gym, hablo sobre este
tema: “Además de invertir en el gimnasio, hemos realizado gastos por el
protocolo de higiene pero creo que están bien, gracias a Dios nosotros podemos
abrir y cumpliendo el protocolo. El hecho de dar turnos es más organizado para
tener a la gente, si no se amontonan y no se puede entrenar cómo realmente
tiene que ser. Creo que los alumnos podrán acostumbrarse a esta nueva forma de
entrenar y está en cada entrenador, exigir el protocolo para que se cumpla. El
entrenador y los clientes deben cumplir y ser responsables del protocolo”.
En este sentido, lo que más se verá afectado en el regreso,
será el número de alumnos en cada clase o turno de entrenamiento. En el caso de
los gimnasios de musculación que solo contienen aparatos deberán reducir el
número de alumnos de acuerdo a los metros cuadrados de los locales teniendo en
cuenta el distanciamiento de 1,50 metros entre personas y los entrenadores
deberán higienizar las máquinas cada vez que finalice un turno. En el caso de
las clases personalizadas grupales, también se reducirá el número de alumnos y
se deberán aumentar horarios para poder cubrir la demanda.
Sobre esto, Elena Acuña, propietaria de Wellness
Gym y profesora de Educación Física comentó: “Siempre he dado clases tres veces
a la semana, un horario a la siesta y un horario a la tarde, el grupo de la
siesta era el más constante, eran alrededor de diez chicas que siempre venían a
las clases. Ahora se verá reducido esto porque tengo que dividir el grupo para
cinco alumnas por el distanciamiento, las distribuyo con marcas para que cada
una ocupe su lugar y mantengo ahí los elementos que van a ocupar cada día,
cuando ellas se van yo los desinfecto, los acomodo y los cambio por otros
elementos para las chicas que vienen después. Solamente, voy a empezar con las
chicas que tenía porque para mi también es algo nuevo, me tengo que cuidar y
cuidarlas a ellas”.
La felicidad de
volver
Más allá de los esfuerzos, todos los profesores comprenden
que volver a la actividad y reencontrarse con sus alumnos será un pequeño paso
para volver a trabajar con normalidad y eso, sin dudas, genera mucha felicidad.
Porque como dice el dicho, el trabajo es salud pero el deporte es vital para
mantenerse vivo.
“La actividad física
es muy importante, te ayuda mucho en el autoestima y para sentirte bien con vos
mismo, creo que todos deberían hacer actividad física para sentirse bien, más
allá de la salud ayuda mucho”, expresó Hugo Ferreyra.
Mientras que, María Carrillo dijo sobre esto: “Las personas
deben concientizarse de lo importante que es hacerse tiempo para uno, al menos
una hora debemos usar para ocuparnos de uno mismo, de algo tan importante que
es nuestro cuerpo y nuestra salud mental. Ir a cualquier gimnasio, con
cualquier profe, en una rutina que se haga porque gusta, aparte de verte bien,
sentirte bien es muy importante”.
Los gimnasios, junto con la actividad de running y bicicleta
fueron las primeras prácticas deportivas en ponerse en marcha en Santiago del
Estero, todos con sus respectivos protocolos de prevención, están regresando
gradualmente a la “normalidad”. Los deportes de conjunto, por ahora, siguen a
la expectativa de poder volver al juego.
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